jueves

jueves

Nos prometimos no caer en la monotonía, hicimos que cada día fuera diferente.
Compramos una bonita casa, vacía, no tenía ni un solo mueble pero tampoco era necesario, tiramos un colchón en el suelo de una de las habitaciones y con aquello fue suficiente. Pasamos varios meses así...pero decidimos que ningún día nos levantaríamos ni nos acostaríamos a la misma ora, no crearíamos una rutina. Recuerdo que dormiamos cuando nos apetecía y que solo comiamos cuando aperecía el hambre. Aquella fue la época más feliz de mi vida, llegue incluso a olividar la palabra preocupación.
Juramos que sentiríamos miles de cosas diferentes,cosas que nunca antes habíamos sentido; que conoceríamos gente con un punto de vista diferente, que veríamos cosas increíbles y sobre todo que seríamos felices. Y si por algún motivo no llegaramos a conseguir la felicidad o si la perdiéramos en algún momento, juramos que seríamos capaces de reunir toda nuestra fuerza para volver a empezar de nuevo sin importar el momento, porque nunca sería tarde para comenzar a construir de nuevo.
No queríamos una vida perfecta, simplemente queríamos que valiera la pena, una que nos hiciera sentirnos orguyosos. Y nunca sería demasiado tarde para conseguirla.

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